Por mi cuerpo, por mis sueños
parten los anhelos de cero
todo es fuego.
se pasea su ternura su fuerza
tan lejos y tan cerca
se baten como locas todas mis puertas
se contonean libres mis caderas
el frío del invierno mereció la pena
sonrisas compartiendo las tristezas
palabras entrelazadas que disparan como
piedras
abriendo alas entre mis piernas
trayendo aliento a esta eterna guerra
yo que escribo mejor cuando me hundo
me acobardo e ilusión supuro
como cuando miro al atardecer y parece
todo rojo el mundo
como cuando el oprimido se levanta del
suelo y pega al que le roba el futuro
Mi corazón pelea
conmigo misma y con el opresor que nos
despieza
traes a mis venas resistencia
y mi ausencia callada se declara en
huelga
no hablas de treguas
si no de las batallas que nos esperan
y se aceleran mis poemas
nubes asesinas planeando tormentas
y nosotros mirando pájaros
sobrevolando nuestras cabezas
cerramos los ojos pero el corazón
siempre alerta
pues estos ratos de paz son sin
ponernos vendas
por eso son reales
tanto tiempo persiguiendo ideales
y al fin mis paredes se reinventan
mis mariposas desatadas aletean
y la rutina mediocre se revienta.
Si mi pulso se para su aliento lo
bombea
mi lengua se deja llevar como en verso
sin pensar
hueles a verdad, a brisa y a tierra
hueles al polvo del que entre escombros
pelea
si sonríe se rompen todas las cadenas
y me apunto una victoria en este mundo
de mierda
la paz parece ser que puede ser cierta
a su espalda mis dudas ya no tiemblan.
La brisa es fría como un pueblo
rodeado de fascistas
pero estos latidos acompasados serán
sus peores terroristas
estos labios ardiendo les asustan como
dinamita.
El abismo lejos de su abrazo
pero aquí la oscuridad es un eco
acobardado
encogida en esas manos
tan frágiles pero un rato sin
sentirnos esclavos
el exilio se insinúa al abrir sus
brazos
la distancia es una celda
y contra los barrotes mis deseos se
estrellan
pero el anhelo se convierte en bandera
porque se que merece la pena
como la guerrilla que pelea
como la victoria que se espera
como el preso buscando el sol desde su
celda
y cuando llega
se rinde la apatía de las aceras
igual que a los torturados que siento
tan cerca
que lloro aunque esté lejana su guerra
les siento respirar en pulmones
hinchados
oigo el eco del vientre de niños
subsaharianos
mis lágrimas se recogen en su
respiración a mi lado
les siento llorar en el temblor de mis
ojos agotados
cuando el corazón late
no hay distancia entre compañeros
armados
cuando se comparte el odio a los
tiranos
sobran excusas para no esperarnos.
El pecho ahogado al fin está
respirando.