Se apaga el incendio que quemaba mis
ganas
pero eso no quiere decir que no se
aviven mis llamas
si no que evitas las cenizas
que deja tras mis pies esta ciudad que
me desquicia
Yo daba vueltas al fondo del vaso
y sin ningún miedo dentro se ha
lanzado
salpicando fuera todos mis fracasos
nadando mojados
en un mundo seco nos hemos empapado.
yo que a menudo soy todo caos
un sin sentido de delirios mal
ordenados
una rutina ahogada de tanto esquivar
humanos derrotados
una isla en soledad viendo morir
náufragos,
y se detiene ante mis ojos una mirada
sin reparos
y miro a todos mis monstruos
acobardados
que saben lo que siempre e anhelado
y el pánico es que ahora no pueden con
este corazón palpitando
que se me va a salir del pecho cada
instante sin sus manos
pero es alimento para estos puños que
se afianzan apretados
y si tengo rabia
es porque me adentro en su mirada
porque no concibo el mundo
sin tener en cuenta a los que les roban
el futuro
porque una injusticia a mi lado
la siento en mis manos.
No puedo ser humana sin ellos
ni puedo ni debo ni quiero,
porque en su tortura se construyen mis
versos
porque dentro mío les siento
acarreo con ello las ganas de estrellar
el espejo,
no puedo mirar la tormenta y negarme a
escuchar los truenos
menos mal que compartes cada uno de
estos sentimientos
compartes cada uno de mis destierros
con su fuerza desata la soga de mi
cuello
para besarlo mientras nos amenazan
desde lejos
Siempre he mirado al horizonte
y por fin parece tener sentido lo que
en su línea se esconde
me hago fuerte donde su corazón se
rompe
compañía en el exilio
versos entre los gemidos
suda libertad la noche
El mundo se queda doblegado
si rompemos los muros del pasado
simplemente con mirarnos
de todo me siento a salvo
en la trinchera que construye un abrazo
El sol amenazando
se cree poder alejarnos
pero se achinan los ojos
cerca de sus latidos me encojo,
y el invierno es un verano desbocado
como este sistema inhumano
que cree estar por encima del tacto de
nuestras manos
pero nos tocamos
y caen muertos todos sus perros armados
que se atrevan a mirar entre mis poemas
que son solo patrimonio de lo que
recorre mis venas
y por ellas fluyes avivando mis mareas.
En el lecho donde reposamos
es donde de deseo nos armamos
donde se recogen nuestras lagrimas
contra la injusticia
tan reales como entre mis piernas las
caricias
los fluidos que emanamos
saben a libertad, la libertad de dormir
amarrados
como la libertad de elegir luchar
contra este estado
que no te libra de sentir cada uno de
sus asesinatos
de sentir su desgracia en nuestra piel
despertar y sentir su respiración al
amanecer
todo entrelazado porque todo tiene que
ver
es igual donde opriman porque es
siempre el mismo poder.
La tristeza de mis poemas es pura
necesidad
pero a nadie le voy a explicar todo mi
vendaval
porque es mi desnudez mi sensibilidad
y solo sus ojos se pueden asomar,
porque lame mi piel con esa suavidad
cree en la violencia tanto como en
mirarme despacio
en ese instante en que parece que los
perros se han callado
y a nuestros deseos nos entregamos.
Sonreímos sin olvidar odiar a los que
no hacen nada
por eso me aprieto a su espalda
menos mal que nos hemos encontrado en
mitad de esta batalla
y me miras con la nostalgia de un
poeta encerrado
que ansía respirar el humo del asfalto
para anhelar el verde del campo
Las normas que nos estrujan las
esperanzas más suicidas
rendidas porque surja una poesía
deslucida
entre unas rimas desaprendidas
se esconde mi arma más temida
que hablan de lo que no se debe
que sienten lo que ocurre cuando el
mundo se detiene
que repiten en cada frase lo que en tus
suspiros se adivina
y es lo único que quiero para
despertar toda mi lucha retenida.
Seguimos contando las huellas de los
luchadores
cuidando con mimo cada uno de sus pasos
entre los horrores
y mientras los recogemos para hacer
latir nuestro corazón
nos acariciamos porque sin espinas no
nos vale la flor