El castillo lucido alzado
y por dentro todo desmoronado
todo hecho pedazos
y afuera se amedrenta el viento
recortado
Cárcel de gritos desgarrados
cementerio de muertos nunca enterrados
hoguera sin fuego humeando
su chimenea habla de calor donde solo
está contaminando
Y lo ves alzado
brillando
muro protegiendo reyes tiranos
adornado con flores plantadas por
esclavos
cortafuegos de la lucha del pueblo
pisoteado
Centinelas repartiendo comida podrida
se alzan falsos luchadores que arratran
sacos de codicia
manchan sus manos de tierra solo entre
sus uñas de oportunistas
y lloran las familias
mirando a lo alto de la colina
confiando en los que los venderán a la
vuelta de la esquina
renunciando a armarse por creerse la
mentira
rezando a un cielo en cuyo nombre les
aniquilan
Toda la mugre en sus manos
todo los pies embarrados
la comida llena de bichos
un reojo siempre puesto en sus nichos
Pero en su sinuoso dolor
se extiende el calor
que une a un pueblo contra el opresor
ay del tirano , cuando los esclavos
unan sus manos
sabiéndose no solo esclavos sino
fuertes guerreros armados
con la razón del pueblo pisoteado
sin dejarse seducir por pacifismos
apagados
con la solidaridad de ver tantos
hermanos muertos en sus brazos
con el derecho de hacer suya la fuerza
y sudor de su trabajo
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